4 SABERES Y ARTESANIAS: LA ARQUITECTURA

Valentina Torres López

Desde que el hombre es hombre, ha hecho uso de la naturaleza, transformándola. Podemos observar este proceso de modificación del medio y construcción del entorno humano, a través de la arquitectura. Siguiendo una línea desde la arqueología de la arquitectura, podemos entender a las construcciones como elementos activos, productos culturales que interactúan en forma dinámica con el hombre.

Los primeros pobladores fueron cazadores-recolectores, tenían lo que podríamos llamar un modo de vida nómade o semi-sedentario, se trata de pequeños grupos organizados en bandas con fuertes lazos de parentesco, cuya economía se centra en la caza y recolección de plantas y frutos silvestre caracterizado por un constante movimiento organizado, que implicaba el conocimiento de los recursos y las rutas por las cuales circulaban. Las primeras evidencias que tenemos de esto son las cuevas, abrigos naturales, las cuales no habrían tenido una fuerte modificación sobre el abrigo rocoso (a diferencia de los parapetos que son estructuras semicirculares hechas con roca), pero que dan cuenta de la apropiación que hicieron estas poblaciones de estos lugares.  Un sitio que ejemplifica esto es Incacueva, donde existen las dataciones más antiguas del NOA superiores a los 10.000 años antes del presente (AP).

Entre los 3000 y 4000 años AP, aparecen las primeras estructuras a cielo abierto, producto de diferentes factores. Hay una reducción de la movilidad, como se explicó anteriormente, una economía cazadora-recolectora implicaba una amplia movilidad por el espacio, para la búsqueda y obtención de los recursos para subsistir. Por estas fechas, las poblaciones no recorrían las mismas distancias ni seguían los mismos circuitos (hacia lugares con mayor concentración de recursos o puntos de encuentro).

Las viviendas podían presentarse de dos formas -lo que en arqueología se denomina  tipo de asentamiento-, el más común fue disperso, donde cada vivienda se encontraba rodeada por sus terrenos de cultivo. El otro tipo, el concentrado, fue menos frecuente, en este caso, el asentamiento se organizaba con las viviendas agrupadas formando un pequeño poblado.

¿Cómo eran estas viviendas? Generalmente presentaban una planta circular o elíptica. En este periodo se consolida el proceso de domesticación de animales y plantas, es decir aparecen las prácticas pastoriles y agricultoras. Se trata de un patrón de viviendas dispersas. Dependiendo de la región, cambiarán  las técnicas y materias primas utilizadas.

Hacia 1900 años AP, con el crecimiento poblacional aparecen las primeras aldeas, con un mayor control sobre el territorio, y un abandono de los lugares vulnerables. Generalmente se caracteriza por un patrón de asentamiento -se refiere a la forma en que la gente se distribuye y apropia del entorno geográfico en el cual desarrollan su accionar en un determinado momento histórico, siendo el objetivo principal de dicha apropiación, el asegurar la subsistencia del grupo y así cumplir sus funciones sociales-, representado por poblados aglomerados en zonas llanas, donde hay mucho hacinamiento; y sitios defensivos o pucará donde se refugiaban en tiempos de conflicto. Estos están localizados en puntos altos como las cimas de los cerros, difíciles de acceder y  poseen una amplia visibilidad del territorio, incluso existen pucarás que son inter-visibles entre ellos. También hay un desarrollo de la tecnología agraria como andenes, terrazas, regadío artificial, sectores de almacenamiento. Sitios representativos son el pucará de Quilmes o de Tilcara. Cabe destacar que el estilo constructivo se habría adaptado a la disponibilidad de materias primas y a la naturaleza de las formaciones montañosas locales.

Hacia el año cal. 1480 DC. Estas sociedades son anexadas al Imperio Incaico, pasando a depender de los intereses del imperio: conquistar nuevas tierras de cultivo, captar mano de obra y dominar nuevos territorios. Las estrategias de dominación fueron cambiando, podemos afirmar que la arquitectura fue una de las formas que expresaban esa dominación, como herramienta de control.

 Característico de esta arquitectura es la planificación: los incas desarticularon la organización espacial preexistente al relocalizar centros secundarios o marginales como centros poblados, desplazando los centros locales a puntos marginales. En las comunidades locales eran recreados los rasgos arquitectónicos propios de los incas o también podían realizar modificaciones en poblados locales anexando arquitectura inca o espacios alterados. Por un lado encontramos Fortalezas o pukara: encontradas en posiciones de control de tráfico a través de puntos clave naturales (pasos montañosos); otro son los asentamientos inkas, que en su interior incluyen otro tipo de estructuras: Kallanca, se trata de galpones con techos a dos aguas; Ushnu que son plataformas sobreelevadas; Kanchas o recintos perimetrales complejos; Collcas silos o depósitos donde se almacenaba; y una Aucaypata o plaza principal donde se encuentra un ushnu (Cada una de estas infraestructuras poseía una funcionalidad específica).

También se puede mencionar al Qhapaq ñan, o camino inca, que utilizó los caminos ya existentes. A veces se trataba de  caminos empedrados o con muros de contención, o a veces no había modificación o construcción. Las características constructivas son múltiples: roca canteada; paredes revestidas con barro batido; techo en caballete; puertas y ventanas trapezoidales; muro reforzado y banquetas; aberturas en muros; plataformas artificiales; rectángulo perimetral complejo; depósitos o silos circulares. En el NOA, se mantuvieron estas características constructivas pero no poseían la calidad que se puede observar en Cuzco. Además, también construyeron santuarios en montañas, sobre huacas pre existente o crearon nuevas huacas. Un sitio donde se localizó un centro administrativo inca fue El Shincal.

Con la llegada de los españoles y la caída del Imperio incaico en 1536, aparece una época llena de grandes cambios. Hay una continuidad en el uso de los espacios, pero tenemos multiplicidad de elementos que conviven ya sea originarios, incaicos y españoles.

Este período podría caracterizarse como de transición, que implicaría por un lado, el inicio de los procesos de diferenciación de acomodamiento de las estructuras y el orden institucional propio de las comunidades aborígenes de nuestro territorio, lo que incluye la articulación de estas poblaciones en el sistema imperial incaico; y por el otro, los procesos de conquista y dominación  que desestabilizó a los pueblos nativos y sus sistemas sociales. Esto culmina con la instauración de los cánones ideológicos e institucionales, fenómenos que son propios del periodo histórico Colonial. Algo que es fundamental entender, es que el intercambio no se trata sólo de elementos, de intercambiar objetos, sino que también los grupos humanos intercambian ideas. Respecto a esto lo que nos ofrece el registro arqueológico es la mezcla de elementos originarios con elementos de ultramar (traídos por los colonizadores). Un ejemplo de ello son los cementerios de los sitios Rincón Chico y La Falda. Puede decirse que en los aspectos arquitectónicos también encontramos esta mixtura, como por ejemplo actualmente podemos identificar elementos que pervivieron de este pasado hispano-indígena como la construcción con adobe, techos de paja y barro, tapias, basamentos de piedra, etc. Siendo esta, la prueba fiel de que ese conocimiento acumulado, ha pervivido de generación en generación, mostrando así que las raíces de los pueblos originarios están presentes hoy en día, también en la arquitectura.

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Ilustración 18 Ilustración de la cueva 4 de Incacueva, Jujuy. (Valentina Torres)

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Ilustración 19 Ilustracion poblado de Tastil, Sitio arqueológico Santa Rosa de Tastil, Salta.(Valentina Torres)

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Ilustración 20 Mapa del sitio arqueológico Chivilme. Por su arquitectura y otras evidencias se estima que tuvo una ocupación incaica. (Mulvany 1986)

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Ilustración 21 Muro de sitio arqueológico incaico Chivilme

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Ilustración 22 Muro sitio incaico Chivilme

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Ilustración 23 Muro sitio incaico Chivilme