1. CERÁMICA PREHISPÁNICA EN EL NOA

Rodrigo Cardozo y José Sanmillán

La cerámica es un elemento que se encuentra de manera cotidiana en el registro arqueológico, esto se debe a que su utilización se ha extendido en la vida de los grupos prehispánicos, y de manera continua, en la actualidad. Ésta se suele emplear con fines utilitarios, generalmente su forma se encuentra estrechamente ligada a las funciones para las cuales fueron pensadas (utensilios para cocinar, para servir comidas, almacenar líquidos y/o granos, etc.), aunque algunas veces también son re-utilizadas para otras funciones (decorativas, funerarias, contenedoras, entre otras).

La cerámica se realiza a partir de una materia prima llamada arcilla, la que se amasa y moldea para darle la forma deseada y luego es expuesta al calor para que alcance rigidez. La producción de la cerámica requiere el conocimiento de ciertas técnicas para cada etapa de producción es decir, para la selección e integración de estrategias para confeccionar, usar, transportar y descartar la materia prima necesaria para la manufactura y para el mantenimiento; lo que implicaba también para los grupos una organización económica y social para poder llevarla a cabo.

El proceso de manufactura se inicia con la planificación para la obtención de los materiales necesarios para su producción: arcilla, arena, agua, etc. una vez obtenida la forma deseada, se la deja secar. Su superficie puede ser decorada por medio de la pintura, el grabado o la incisión. Luego, la cocción se realiza en hornos que alcanzan altas temperaturas para luego comenzar a ser utilizadas.

Los orígenes de la cerámica se remontan a miles de años atrás, en los que las sociedades eran muy distintas a las nuestras. En el NOA aparece hace aproximadamente 3500 años, aunque se crea que su origen está relacionado a la aparición de la agricultura. En la actualidad se sabe que ya era utilizada por los grupos cazadores-recolectores. Con la formación de las primeras aldeas (1000 a.C. al 1000 d.C.) el uso de la cerámica se hizo más efectivo permitiendo por ejemplo, la conservación y el almacenaje de los alimentos. De esta manera, la producción cerámica empieza a tener mayor importancia en la vida cotidiana y con una función social especifica asociada a la satisfacción de necesidades determinadas.

El uso más amplio de las vasijas cerámicas era la de contener. Estos contenedores pueden responder a diferentes necesidades o usos que generan, a la vez, demandas e implican una producción y una respuesta específica, de tal manera que las características de los utensilios están referidos a funciones particulares.

Sin embargo, existe una relación clara entre la función (uso) y la decoración (identidad étnica). Estas diferencias en la decoración cerámica permiten la definición de “estilos” que corresponden a distintos períodos y espacios geográficos. Los estilos se relacionan con las identidades de los distintos grupos que habitan determinada región y nos permiten establecer circuitos de intercambio entre diferentes grupos. Existen varios estilos definidos en el NOA, entre estos podemos nombrar los siguientes: Vaquerías, Candelaria, San José, Santamariano, etc.

Cuando encontramos cerámica de un determinado estilo en un sitio que no es el de su origen, tenemos la evidencia de que existe un contacto entre las comunidades que vivieron en la región. Estos conocimientos sobre el territorio, sus recursos y sobre las técnicas de producción originarias se mantienen hasta la actualidad. La cerámica continúa ocupando un lugar importante en la vida cotidiana aunque algunos aspectos referidos a su producción hayan cambiado; si bien existen nuevas formas de producción, todavía se mantienen saberes tradicionales y se van transmitiendo de generación en generación.

En Salta tenemos casos en los que persisten las antiguas técnicas de producción cerámica. En la localidad de Cafayate por ejemplo, encontramos un taller al aire libre en el Paraje “La Yesera”, donde se producen una gran variedad de piezas ornamentales y utilizables. Por otro lado, en el municipio de San Carlos la tradición de artesanos es muy importante, a tal punto que es en esta localidad donde se lleva a cabo el Encuentro Nacional de Ceramistas, donde se busca compartir experiencias, saberes y, por sobre todo, revalorizar las producción artesanal de la cerámica. En general, Salta acuna una inmensidad de artistas que comercian sus productos de manera personal, como así también los ofrecen en las distintas ferias artesanales nacionales e internacionales.

Con respecto a las investigaciones arqueológicas realizadas en Salta en la década de 1970, las mismas estuvieron nucleadas por el Museo de Arqueología y Folclore perteneciente a la UNSa. Estas tareas fueron llevadas a cabo por un equipo de investigación que se encontraba conformado por varios profesionales y estudiantes bajo la dirección del Prof. O. Maidana. Entre las publicaciones referidas a la cerámica en el NOA y a los desarrollos de la arqueología salteña, se pueden nombrar publicaciones de O. Maidana  donde se describen, entre otras evidencias, los estilos cerámicos que se encuentran presentes en los diferentes sitios donde se desenvuelven las actividades de investigación: en Nacimientos y Alemania, si bien se refieren al arte rupestre, señala la presencia de cerámica Santamariana bicolor negro sobre blanco y cerámica gris Candelaria al igual que en Paycuquy, señalando que ésta posiblemente represente el nexo entre las poblaciones paleolíticas y ceramistas.

Estas primeras publicaciones buscaban describir las evidencias arqueológicas que se encontraban en estos y otros sitios (en Cachi) distribuidos en distintas regiones de la provincia, donde se pretendía realizar un ordenamiento de los sitios en un cuadro cronológico coherente para la arqueología Salteña. Posteriormente, en 1972 y 1974, publican en conjunto con Eduardo Ashur y Teordor Chafatinos algunos resultados de los trabajos realizados en Osma, en el Valle de Lerma, describiendo los materiales asociados a la ocupación y e identifican, por ejemplo, los tipos cerámicos “Osma- puente angosto policroma” y “Osma puente angosto rojo sobre crema”. Estas tareas realizadas en el campo se complementaban con las realizadas en laboratorio donde se acondiciona y analiza el material. En algunos casos, formaban parte de las muestras que se encontraban presentes en el museo de arqueología y folclore.

Nuestra muestra cerámica busca reflejar cómo los grupos prehispánicos se encontraron inmersos en diferentes procesos que permitieron la acumulación, transmisión y reproducción de diferentes saberes y que generaron cambios en la forma de vida cotidiana, como así también en la vida ritual. De esta manera, nuestra selección se compone a partir de criterios definidos por nuestro equipo relacionado al uso, a los estilos cerámicos y su cronología, y a las vasijas cerámicas como indicadores de interacción. Se presentan conjuntos cerámicos de uso doméstico como ollas, jarras, vasos, otras asociadas al almacenamiento de líquidos y granos, y urnas funerarias características del Valle Lerma.

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Ilustración 7 Jarra. Procedencia Colomé (Salta). Colección Universidad Nacional de Salta.

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Ilustración 8 Tinaja para almacenamiento de líquidos. Colección Universidad Nacional de Salta.

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Ilustración 9  Olla. Procedencia Osma – Saladillo (Salta). Colección Universidad Nacional de Salta.

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Ilustración 10 Vaso. Procedencia Matansillas (Salta). Colección Universidad Nacional de Salta.

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Ilustración 11 Olla para almacenamiento de granos. También fue utilizada como urna funeraria. Procedencia Valle de Lerma (Salta). Colección Universidad Nacional de Salta.

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Ilustración 12 Urna estilo santamariano. Procedencia Kipón (Salta). Colección Universidad Nacional de Salta.

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Ilustración 13 Vaso libatorio  Procedencia Kipón (Salta). Colección Universidad Nacional de Salta.