6 METALURGIA

Franco Soria

La elaboración de metales fue uno de los procedimientos técnicos más complejos llevados a cabo por las sociedades antiguas. En la zona andina sudamericana se encuentra una de las tradiciones más importantes del mundo antiguo, que contiene diferencias y particularidades regionales importantes. Si bien no se sabe precisamente cómo se desarrolló la metalurgia en el norte argentino, el objeto de metal más antiguo encontrado es una máscara de cobre fabricada por martillado y un pendiente de metal, encontrados en dos tumbas distintas que datan de poco más de 3000 años. Se tratan de las piezas más antiguas encontradas en Sudamérica, muy complejas de fabricar. Los otros hallazgos datan de cuatro o cinco siglos antes de la era cristiana y se trataba de piezas ornamentales: brazaletes, anillos, algunas pinzas, y pendientes fabricados con cobre fundamentalmente, aunque hay algunas también de oro y de plata. En los primeros siglos de nuestra era aparecen nuevas formas en metal sin embargo, los talleres de producción de metalurgia son muy escasos. Sólo hay evidencias en dos sectores del valle de Catamarca que consisten en algunos fragmentos de escoria asociados a un fogón, suelos con demostraciones de haber alcanzado altas temperaturas y algunas herramientas líticas que podrían haber servido para martillar cobre u oro.

La producción de objetos de metal involucró un complejo proceso de actividades, comenzando con el aprovisionamiento de los minerales y de combustibles para la fundición, tareas que requerían de la intervención de personas capacitadas para llevarlas a cabo. Los metales utilizados para la fabricación de objetos en el Noroeste Argentino (NOA) han sido el cobre, el oro, la plata, el estaño y el arsénico en combinación con el cobre. El bronce es una de las aleaciones más importantes en esta zona, compuesto de cobre y estaño o de cobre y arsénico. El NOA presenta evidencias de una producción de bronce arsenífero y estañífero muy temprana en comparación con el contexto andino en general, podríamos decir que la metalurgia del NOA fue básicamente la del cobre, y las innovaciones tecnológicas que provocó la producción de esta aleación fueron numerosas y en algunos casos de índole muy compleja. En general, se observa que los objetos de oro, los cuales no eran muy abundantes en las épocas prehispánicas, estaban en su mayoría destinados a piezas ornamentales, fabricados con técnicas mucho más sencillas como el laminado. En el caso de la plata, la cantidad de objetos recuperados hasta ahora es muy escasa en relación a los objetos de cobre, bronce u oro y toma cierto auge desde el arribo de los Incas al NOA y luego de la conquista de los españoles.

Las evidencias parecen indicar que los artífices del metal en el NOA hacían una selección primaria en la fuente de obtención moliendo las partes y separando las partes útiles para facilitar el transporte hacia los hornos de fundición. La materia prima se encontraba de manera natural en forma de minerales. El trabajo de extracción y las distintas etapas sucesivas, que se dan desde la extracción del mineral hasta la terminación del objeto final, depende del tipo de mineral extraído y de las características del ámbito natural en que fueron encontradas. Esto determina las etapas en el trabajo de extracción, que pueden ser casos en betas, pueden ser trabajados a cielo abierto o en algunos, es necesario que se siga la beta en profundidad. Por ello, los mineros deben tener en cuenta las condiciones para poder sostener la estructura bajo tierra, la logística de ventilación e iluminación, como también deben conocer hasta qué profundidad pueden escavar. Las herramientas utilizadas que se conocen son de piedra: mazas, martillos, algunas herramientas de bronce, barretas de madera e incluso, las astas de los ciervos. Luego de la obtención del mineral, se procede a la selección manual que les permitía ir purificando el mineral, después hacían un lavado y, finalmente la molienda del mineral.

Posteriormente, en el proceso de fundición se prescindía de combustible y por otro lado, de una estructura de combustión adecuada. Para metales como el cobre o el oro, la fundición podría realizase en fogones o en hornos, los cuales existieron de distintos tipos aunque no muy conocidos en el NOA. En algunos casos era necesario la utilización de crisoles para contener, ya sea el mineral a fundir, o el metal ya obtenido para fabricar aleaciones. Los hornos contenían el metal obtenido en forma de lingote o en estado natural, a veces se utilizaban los hornos para refinar o purificar el metal obtenido a partir de una primera fundición. El siguiente paso, consistía en la fabricación de los moldes del objeto requerido, por lo que era necesario el aporte de alguien capaz de fabricar artefactos cerámicos con ciertas propiedades que eviten la fractura cuando el metal caliente y que mantengan sus dimensiones y forma.

La metalurgia en el NOA, a diferencia del viejo mundo, no estaba orientada a la producción de armas sino particularmente, para remarcar los estatus sociales o para participar en la esfera religiosa, sobre todo, en la esfera de lo ritual. De esta manera no se puede desvincular esta actividad de las esferas políticas y religiosas, es por eso que, más que objetos utilitarios, estaban orientados al ritual religioso, algunos de estos se trataban de hachas decoradas, campanas, discos decorados con diseños relativos al culto, etc. Así mismo, algunos fueron utilizados en determinado momento como objetos de intercambio o de difusión de ciertos mensajes y también como símbolo de alianzas con poblaciones de otras regiones.

 Uno de los intereses de la expansión incaica sobre el norte argentino tenía que ver con la posibilidad de obtener los minerales para la producción metalúrgica y poder contar con la explotación de los artífices para la producción de estos objetos. En relación con ello, es posible que la expansión incaica impactara mucho más en aquellos sitios del NOA donde el trabajo sobre el metal estuviera más desarrollado. Las invenciones incaicas en el NOA fueron escasas, sólo se puede observar una mejor organización de la producción para lograr un mayor rendimiento y para ello, implementaron distintas estrategias. Primero, ver nuevas minas luego, mejorar el rendimiento de las existentes y después, incorporar innovaciones en lo que fuera el tratamiento del mineral y la fundición.

Con la llegada de los incas al NOA no se produjeron grandes cambios en la producción de objetos de metal aunque se incrementó la producción y la escala de la explotación de las minas pero no hubo innovaciones tecnológicas de relevancia aparentemente en este sector del Tawantinsuyu. De hecho, los incas adoptaron algunas técnicas de las sociedades del NOA y las extendieron a otros sectores del Tawantinsuyu. Se observa que en algunos asentamientos preincaicos, se produjeron objetos metálicos aparentemente bajo el control Inca, lo que implicaba remodelaciones en los talleres ampliados, con más hornos, incorporando lentamente un sistema logístico para el aprovisionamiento de materias primas, minerales y combustible en mayor escala. Se incorporan nuevas formas al repertorio local, aparecen objetos metálicos que antes no existían en el noroeste como determinados tipos de hachas, mazas estrelladas, etc. Pero se siguen fabricando objetos de tipo local preincaicos. Otro aspecto destacable es que los lugares en que se produjeron objetos metálicos en épocas incas no se encuentran objetos terminados, es decir, el metal se usó para fabricar objetos, porque hay moldes en estos ámbitos, pero éstos habrían sido trasladados para su consumo en otro lugar. Y aparecen en esta época moldes de lingotes que no son comunes en épocas previas, por lo que habría habido una organización de la producción para el traslado a distintos lugares del imperio.

En muchas comunidades mineras de la zona andina se encontró una marcada continuidad entre la cosmología minera y la de los pueblos agrícolas. El ejemplo del caso de pedir permiso a una deidad para poder extraer mineral o algún otro recurso de la tierra se observa también en el caso de la obtención de arcilla para la producción de alfarería lo cual parece un aspecto importante ya que  tiene que ver con la relación entre los mineros y la tierra. En este sentido, no es casual que muchos de los santuarios de altura estuvieran localizados en cerros ricos en mineral y vinculados con las actividades de extracción. Por otra parte, los cronistas europeos observan y relatan cómo en momentos previos a la extracción, los mineros debían hacer una suerte de ritual, bailar y beber toda la noche para poder llegar a un estado de conciencia determinado antes de entrar a las minas o socavones como así también para realizar las prácticas de fundición. En este sentido, se dan una serie de prácticas rituales que propician el ingreso al socavón y también el encuentro de las betas ricas que pueden ser ocultadas por la montaña, por los cerros, que son huacas o deidades muy poderosas que pueden permitir y dar al minero, pero también sacar y destruir u ocultar el socavón y las betas.

Es importante pensar que muchas de las relaciones entre los mineros y las huacas, y los rituales previos a la extracción, fueron modificadas a partir de la conquista española, ya que muchas de estas prácticas fueron condenadas por la imposición de la religión católica. De todas formas, estas no eran tan lejanas de las prácticas mineras españolas, ya que la compartían como una manera de puente. Esta idea no separada entre la técnica de la minería y la religión, entre los espacios sagrados, se sostiene porque los mineros españoles bautizaban a las minas, realizaban ciertos gestos en estados de ayuno, o ciertas acciones que creían que propiciaban también el buen desarrollo de la actividad minera.

 Por otro lado, se observa una cierta variabilidad de estrategia por parte de los grupos nativos, que combinaron tácticas cristianas, y europeas con sus propias prácticas aparentemente sin contradicción, como se puede ver en la actualidad. Esas técnicas de producción antiguas, esos conceptos que estaban vinculados con el rol de los productos a través de estas técnicas perdieron sentido en el momento en que se instala la sociedad moderna, en relación a esta necesidad de responder a las exigencias del mercado y, por otro lado, a la mecanización creciente de la producción.

La diversidad de técnicas y materias primas empleadas por los nativos hoy en día son utilizadas por los artesanos u orfebres que recurren a ellas para la elaboración de sus manufacturas. Sin embargo, estas son adaptadas en función a las demandas del mercado moderno que implican un mejor acabado de los productos en menor tiempo.

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Ilustración 27 Placa de metal, aleación de cobre y estaño. Procedencia Valles Calchaquíes.

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Ilustración 28  Instrumento de metal, cincel. Procedencia Valles Calchaquíes.

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Ilustración 29 Crisol. Objeto de cerámica empleado en la fundición de metales. Procedencia Catamarca.

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Ilustración 30 Crisol, procedencia El Fuerte.